Dios les bendiga.
Agradezco la oportunidad de poder testificar lo que ha significado la oportunidad de ingresar al Seminario Teológico de Santiago. El 9 de marzo del 2016, asumí el gran reto de pastorear La iglesia Comunidad Cristiana de Santiago. Hasta ese entonces mis conocimientos teológicos eran escasos para mi función, ya que había realizados algunos estudios teológicos muy elementales anteriormente.
Realmente sentía la necesidad de algo más profundo, sentía la necesidad de más herramientas para mi crecimiento como creyente, pero a la vez necesitaba capacitarme más para mi labor pastoral.
Había estado en oración al Señor para que me abriera una puerta para lograr este objetivo, hasta que como siempre Dios (Si oramos conforme a su voluntad Él nos oye y esta petición fue agradable y acepta delante de Dios) por lo cual un día ordinario recibí la invitación del Pastor Álvaro Rodríguez, invitándome a la presentación del proyecto del Seminario Teológico de Santiago.
Con gozo y sin pensar el precio que debía pagar en cuestión de tiempo y dedicación, acepte el reto. Siempre lo asumí con optimismo, confiando, no en mis fuerzas, sino en que esta era la voluntad de Dios para mi crecimiento y madurez en mi vida de fe.
Hoy puedo decir que ha sido la mejor inversión que he hecho para mi desarrollo personal y ministerial. He aprendido cosas que me eran desconocidas, a pesar de mis tantos años en este caminar cristiano, además mi devoción al llamado pastoral ha sido reafirmado en la medida que he descubierto a Dios en una dimensión mucho más profunda.
Por todo lo dicho anteriormente, espero haber despertado en los que estén leyendo este breve testimonio, el mismo deseo que se despertó en mi al recibir la invitación para ingresar al Seminario Teológico de Santiago.
Quisiera terminar con una nota de valor añadido, y es la riqueza de adquirir nuevos amigos, hermanos y hermanas en la fe, a quienes he aprendido a amar de manera muy especial y quienes han sido de bendición para mí.